miércoles, 27 de enero de 2016

Es bien sabido que los docentes o maestros juegan un papel importante dentro del desarrollo de cualquier país. Pues en México los maestros no hemos progresado como se esperaba en un siglo de reformas y congresos en materia de educación.

Para conocer y comprender nuestra realidad actual, debemos conocer también nuestro pasado, analizarlo, ubicarnos en el contexto y los pensamientos de ayer; tan solo para darnos una idea del camino que hemos recorrido a través de los años y, por qué no, arriesgarnos a prever lo que nos depara el futuro si continuamos por el mismo rumbo.

Durante mucho tiempo, de los años 20's aprox. a los 70's, el maestro era visto como una imagen excelsa de autoridad y de respeto, poco a poco degradándose hasta como lo que ahora es para muchos ciudadanos (revoltoso, flojo, ventajoso... etc).

Si  la imagen del maestro se ha venido cuesta abajo es por el propio actuar de muchos docentes que no tiene vocación, no son profesionales en su trabajo y sobre todo no son responsables con su labor tan noble de formar seres humanos con valores, y que al mismo tiempo deben ser ellos seres humanos con valores. "El hombre que habrá de forjar nuestra educación será un hombre íntegro y democrático, capaz de gozar de su propio yo, pero sirviendo a la Patria y a la familia como miembro consciente, libre y disciplinado de la Patria y de la familia". (Jaime Torres Bodet, 1944).He aquí que este pensamiento es y representa lo que un maestro fue en aquel tiempo para la sociedad, pero que actualmente la sociedad ya no considera al maestro su aliado.

La razón principal por la que los maestros se han degradado a sí mismos -refiriéndome a los muchos que han actuado en contra de los principios que menciona Bodet- es porque se han olvidado de lo que realmente importa: "la Patria y la familia". Cuando educas, lo haces para combatir la injusticia, la desigualdad social, y la impunidad; sin embargo la decisión de muchos maestros de empezar a incursionar al ámbito político, un terreno sucio y escabroso, nada noble comparado con la enseñanza y la educación; es el principal motivo por el cual la sociedad dejó de sentir "suyos" a los maestros y los consideró parte del sistema corrupto que sinceramente ya nos tiene hartos con tanta injusticia, observando como nos "restriega en la cara" las riquezas y lujos de los que la clase política goza, mientras a la sociedad se le dice que no hay recursos.

Muchos maestros han incursionado a la política y se han manchado con la misma tinta oscura que los tiranos y autoritarios que salen impunes ante la "justicia" de México (Moreira es un caso muy explícito actual, entre muchos otros), así desde la unificación de los sindicatos  en 1946. Gracias a estas acciones en muchas ocasiones se han impuesto presidentes municipales, gobernadores de estados, incluso presidentes; y varios de ellos cobrando como maestros aún en función de su cargo político. Desde que Elba Esther Gordillo tomó la presidencia del SNTE la política y el magisterio se tomaron de las manos, y los maestros pasaron a ser una herramienta más (y muy poderosa por cierto) del sistema, y la educación se vino a ser sólo una reproducción de conocimientos para formar simples obreros y títeres de la clase poderosa.
Pero aclaro, sólo para la clase alta del magisterio, porque los maestros que se encuentran en aulas, los que día a día se levantan temprano para que sus alumnos sean directamente ciudadanos dignos de la nación, son los echos a menos, son utilizados simplemente para hacer marchas, para hacer revueltas, para resistir (aunque sea de manera figurada) al sistema.

A mi parecer un maestro jamás debería convertirse en político de carrera, porque no hay mejor y más noble labor de servir a nuestro país... que educando Seres Humanos con mentes críticas, analíticas, que sepan investigar y que forjen su propio aprendizaje con base en la razón y la ciencia. Educar para resistir a un sistema que siempre luchará por estar sobre la sociedad y no precisamente para servir a ella en todo momento. Atravesamos un momento crucial en nuestra historia, podemos seguir el mismo rumbo que más pronto que tarde nos hará caer en un abismo sin final, o cambiamos en afán de servir a la Patria y la familia -como bien mencionó Bodet- como miembros conscientes, libres y disciplinados de las mismas.

En manos de los maestros está, esos que hacen su labor con dignidad y que se preocupan porque los planes de estudios sean aplicables a la realidad, a la vida común, los que adquieren de manera noble su labor para servir al pueblo y a la nación.